Hola de nuevo, en esta ocasión vengo a hablar de la entrevista que pasado domingo Jordi Évole le hizo al Morad.
A decir verdad no soy especialmente fan de su música, pero el Morad me despierta bastante curiosidad a nivel personal y, como expondré más a delante, a nivel laboral en un futuro.
¿Por qué debería interesarnos el Morad? En primer lugar por su base de oyentes ocupando puestos top en las listas de Spotify y con varios temas que superan los 20 millones de visualizaciones en YouTube, superando a artistas como C Tangana o Bad Gyal, la mayoría de estos son adolescentes y jóvenes, educandos potenciales para nuestra profesión. En segundo lugar, por su historia de vida.
Tal como cuenta en la entrevista con Évole, el Morad es un inmigrante de segunda generación con claros problemas de integración. Su madre llegó sola a España con sus hijos hace 22 años y lo que recibió fueron trabajos precarios y varios episodios de racismo, según denuncian. Ante la imposibilidad de poder alquilar una vivienda okuparon un piso y finalmente llegaron a un acuerdo con el banco.
Fuente:https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Morad-TOCA_(M.D.L.R)_2.0.jpg
Que el Morad se haya convertido en un artista de éxito es un hecho altamente improbable, creo que un ejercicio metal oportuno para poder extraer alguna reflexión es hacer de aquí en adelante como si eso no hubiera sucedido.
Siendo así tenemos una situación de claro riesgo de exclusión social, la pobreza y la discriminación son el caldo de cultivo perfectos para ello, como comenta el propio protagonista los problemas no tardaron de llegar. Le expulsaron del colegio público por mal comportamiento y le dieron una beca para uno concertado, un colegio jesuita, donde las diferencias de clase y culturales no hicieron más que acentuarse.
La pobreza tiene varias manifestaciones, una de las más importantes en mi opinión es la falta de ocio, él mismo cuenta que no podía ir a ningún sitio ni apuntarse a los equipos deportivos de la zona, esto sumado a la falta de integración en el colegio y la situación en casa da como resultado claro la falta de red de apoyo.
La solución que encontró él, como muchos otros en su situación, fue la calle. Esto enseguida derivó en trapicheos con droga y hurtos, lo que supuso su internamiento en un centro de menores de los 12 a los 18 y la retirada de la custodia a su madre.
Insisto en que Morad ha tenido la gran suerte de triunfar en la música. De no ser así, el caso que tendríamos entre manos es el de un adolescente al que han privado de relaciones familiares y redes de apoyo sanas, sin estudios ni experiencia laboral y con el sentimiento de que se encuentra solo en un mundo hostil.
Lo peor es que es un caso de tantos, urge cambiar las condiciones materiales de las personas migrantes, regular el precio de los alquileres y suministros básicos, creación de parques de viviendas públicas, así como insertar la figura del educador social en los centros de infantil y primaria, reforzarla en los centros de secundaria y dotarles de recursos y competencias.
Porque no todos los chavales van a entrar en el Top10 de Spotify.
Hola Guillermo, estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión, pienso que se necesita una mayor empatía con este colectivo pues sufren bastantes problemas como la discriminación o el rechazo en muchos ámbitos como el educativo o el laboral. Me ha gustado mucho tu entrada. Un saludo!
ResponderEliminarHola Montse, me alegra que te haya gustado la entrada, estoy de acuerdo con que se necesita más empatía, pero creo que también se necesitan recursos para llevar a cabo planes de integración. Un saludo.
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